25/Oct/2022
Autor de la Foto: https://www.pexels.com/es-es/@geraud-pfeiffer/
Se dice que fue creada por accidente en el "Hotel Tatin" en Lamotte-Beuvron, Francia en 1889. El hotel era administrado por dos hermanas, Stéphanie Tatin y Caroline Tatin. Este hotel quedaba en una ciudad bien comunicada con París por ferrocarril. La localidad se convirtío en la capital de la caza, atrayendo a políticos y ricos hombres de negocios, por lo que el hotel y su restaurante era frecuentado por personas influyentes en la ciudad. Existen múltiples versiones acerca del origen de la tarta pero la historia más aceptada menciona que un despiste de Stéphanie Tatin hizo que las manzanas se cocinaran más de la cuenta, y para no desperdiciarlas le pusieron la masa encima y terminaron de hornearla. Luego de eso, la dieron vuelta con cuidado, dando lugar a esta variante tan conocida en la cocina francesa. Ya que este postre es una tarta de manzana de origen francés elaborada al revés, es decir, con las manzanas como base y la masa por encima. También hay quien dice que estaba pensando en las musarañas y puso las manzanas en el molde sin haber puesto antes la masa, y la añadió encima.
La tarta triunfó entre la clientela, convirtiéndose en una petición habitual de los comensales y plato estrella de la carta de postres. Según cuentan, un buen día, un afamado repostero parisino la probó, quedando prendado de su sabor hasta tal punto que no pudo evitar pedirle a la cocinera que le explicara cómo se preparaba. Poco después, la tarta era ofrecida a los clientes de su restaurante , que era uno de los más exclusivos en Paris, y de nuevo fue un gran éxito entre los comensales.
El repostero nombró la tarta como las hermanas, porque no quería que creyeran que se había rodado su receta, esto hizo que pronto se hicieran famosas y su restaurante un lugar de obligada visita para los parisinos. Hoy en día, la tarta Tatín es un clásico de la gastronomía francesa. La original es de manzana, pero existen versiones con todo tipo de frutas e incluso saladas. Normalmente se preparan las manzanas primero en el fuego, en un recipiente que luego se pueda meter en el horno una vez añadida la masa, aunque hay quien prepara las manzanas por un lado y luego las añade al molde solo para hornear.