21/Ene/2023
Autor de la Foto: https://www.istockphoto.com/es/portfolio/Arx0nt?mediatype=photography
Es un bizcocho dacquoise relleno de crema muselina de almendras y avellanas.
La popularidad del pastel ruso se da por su esponjosa textura, a su ligereza y a su delicioso sabor a avellana, almendra y praliné.
Está hecho por dos paredes de fino bizcocho, donde vas a encontrar un suave relleno de avellana, almendra, espuma de praliné y mantequilla.
Su comienzo se remonta a mediados del siglo XIX, en el ámbito de la realeza.
En el momento que la granadina Eugenia de Montijo se casó con Napoleón III, se llevó a todo su servicio de cocineros españoles, puesto que no podía privarse de ellos y de la comida de su país.
Durante la Exposición Universal de Paris de 1855, se llevó a cabo un banquete para galardonar a su alteza el Zar de todas las Rusias, Alejandro II; y Eugenia de Montijo eligió un pastel que elaboraron sus cocineros como postre. Después de probarlo, El Zar quedó tan asombrado que pidió que le proporcionaran la receta. Desde ese momento a este dulce se le llamó “Pastel Imperial Ruso” y en la actualidad se le conoce como “Pastel Ruso”.
Aunque algunos historiadores dicen que la realidad es terca y que en 1855 no pudo ser, ya que por aquel entonces los franceses estaban luchando contra los rusos en la Guerra de Crimea, el zar Nicolás I acababa de fallecer y su hijo ni siquiera había sido coronado.
Hay dos tipos de pasteles rusos: Uno se hace con una especie de bizcocho amerengado y almendrado, semejante a la masa de los macarons, y va relleno de crema de mantequilla incorporada con praliné de almendras u otro fruto seco.
El otro ruso, más fácil, pero no menos sabroso, se hace sin harina y sin fruto seco alguno.
El ruso almendrado, es prácticamente igual que la tarta dacquoise típica de Dax, Pau, Biarritz y otros municipios vasco-franceses.
Incluso se parece increíblemente a otro dulce llamado “succès au praline”, al pastel castel de Argelia, al filipino sans rival y clñaro que al imperial ruso argentino.