31/Ene/2023
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La Charlotte o Carlota les da el nombre a estos dos tipos de postres franceses, uno frio y uno caliente que su procedimiento consiste a cocer o coagular al frio una crema, un mousse, un puré, etc. en un molde cubierto con pan de molde o bizcochos.
La Charlotte o Carlota original se creó a finales del siglo XVIII como un homenaje a Carlota Sofía de Mecklemburgo-Strelits, la esposa del rey Jorge III, el rey loco de Inglaterra, con la que se casó el 8 de septiembre de 1761.
La torta o el postre lleva una espesa mermelada de frutas aromatizada con limón y canela. Luego se vacía en un molde redondo lleno con rebanadas de pan de molde bañadas con manteca. Después toda la mezcla se cocina en el horno, se quita el molde y se servirá tibio con una crema inglesa fría. Un ejemplo claro es el postre de carlota de manzanas.
Lo más interesante de la historia es que el postre no termina ahí. A principios del siglo XIX el chef Marie-Antoine Carême, quien trabajó en Inglaterra para uno de los hijos de la reina, el futuro Jorge IV, creó otra versión de la Charlotte o Carlota, que se sirve fría o muy helada. Sin en cambio este al del caliente, no necesita cocimiento y este puede estar compuesto de bavaroise a la vainilla, de un mousse al chocolate o al café, también de una pasta bomba o crema chantillí vaciado en un molde de charlotte lleno de bizcochos por lo general empapados en café o en licor. Se dice que este postre se presentó al zar Alejando I en 1815 y debido a su gran aceptación el postre pasó a llamarse “Charlotte a la rusa” o “Charlotte Rusa”.
Este postre se popularizaron entre las clases sociales altas, que podían costear la transportación del hielo cortado.
Se utilizaban moldes donde la carlota se le agregaban todos los ingredientes en baldes, cubiertos de hielo. Debía servirse de inmediato para evitar que se derritiera, pues el hielo se consideraba un lujo en esa época, ya que no había refrigeradores o cajas de hielo para uso doméstico.
En el siglo XX, cuando crearon los primeros armarios metálicos de almacenamiento de hielo, se recreó la receta del postre. Termino llamándose en la versión inglesa icebox cake.
En la década de 1930, se usaba como método de mercadotecnia para poder vender las cajas para hielo. Muchas compañías que se dedicaban a la venta de galletas usaban la táctica de colocar en la parte de atrás de sus empaques la receta del icebox cake, con ingredientes más sencillos de conseguir y en menor tiempo para preparar, por lo que se volvió una de las opciones más consumidas en la historia de las amas de casa de ese tiempo.